La finalista de la Copa de la Reina Iberdrola en Maspalomas, Erika Kliokmanaite, se muestra animada y entusiasmada tras haber jugado la primera final de la temporada. A pesar de no haberse coronado en tierras canarias, asegura que ella y su compañera, Nuria Bouza, no han tenido tiempo para “entrenar si se compara con muchas parejas que llevan preparándose todo el invierno o jugando torneos”. Esta jugadora junto a su compañero de juego se presentarán en tierras melillenses con la única intención de realizar un alto nivel de voleibol para intentar llevarse el título en esta primera competición del Circuito Madison, aunque sabe que será muy complicado debido al nivel que exhibieran muchas de las rivales a las cuales se tendrán que enfrentar durante los diferentes encuentros que se jugarán en la playa de San Lorenzo.
Llegado el día de la final, reconoció que estaba “bastante nerviosa” porque apenas ella y su compañera tuvieron tiempo de prepararse, por eso a medida que fue avanzando el partido cambiaron de táctica y afirma que sigue “sin creer” que hayan perdido porque tenían todo “controlado”. Por eso “quedarse a las puertas de ganar la Copa” le dolió bastante, aunque mantiene las buenas sensaciones, no tira la toalla y tiene “muchas ganas de revancha en Melilla”, tras perder en Maspalomas ante Tania Moreno y Daniel Álvarez por 21-19, 12-21 y 15-13.
La táctica para la final la tenían bastante clara y, aunque tuvieron que cambiarla y dio algunos frutos, no fue suficiente para poder superar a sus rivales. “En el primer set empezamos sacando a Daniela porque teníamos bastante claro que queríamos empezar con ella. Lo hizo muy bien y a mitad de primer set cambiamos a Tania y fuimos a mejor. Perdimos, pero recuperamos muchos puntos”.
El segundo set lo ganaron y, aunque llevaban ventaja en el tercero, Erika Kliokmanaite reconoce que les “faltó un pasito” y es ahí donde se vieron las diferencias entre ellas y sus contrincantes. “Tania y Daniela ya tenían competición. Tania lo hizo muy bien al final del tercer set y acabó como acabó”.
A pesar de que sólo entrena junto a Nuria “una o dos veces a la semana”, la lituana asegura que la complicidad con su pareja es total, ya que necesita a alguien con esa personalidad “luchadora” que la anime y la empuje “de esa forma”. Aunque este es el tercer año que juegan juntas y todavía siguen “conociéndose”, recalca que “con una mirada” saben si están de buen o mal humor. Incluso alguna vez después de ganar o perder partidos pueden “tener algunos choques o malentendidos“ porque Erika no se expresa “bien en español”, como reconoce entre risas.
En cuanto a los objetivos que quiere conseguir junto a su pareja, la jugadora del Club Volei Praia Milenio Ourense lo tiene claro. Quiere “seguir mejorando” y jugar “todos los Madison y algún torneo de Francia”. Aún así, asegura que este año han empezado “muy bien quedando segundas en la Copa”, en comparación con años anteriores.